III- GENTIAN
Nombre de la planta: Genciana
Nombre científico: Genciana Amarella
Nombre común: Genciana amarilla-Genciana Mayor
Grupo al que pertenece: Gencianácea
El nombre Genciana viene de Gentius, rey ilírico que conocía de medicina y que combatió la peste en el siglo II a.C en Asia Menor con la ayuda de la Genciana.
Por lo general la Genciana crece en zonas montañosas, aunque excepcionalmente se la puede encontrar en altitudes menores.
Es originaria de Europa y Asia Menor.
Es una planta perenne que se fija al suelo con una larga raíz.
Crece en todo tipo de suelos, pero preferentemente en los calcáreos.
En los terrenos húmedos alcanza una altura de 1,50m mientras que en los secos llega a 0,50 cm por la falta de agua.
El tallo es hueco y erguido, sin ramificaciones, las hojas son verdes azuladas y tienen grandes nervaduras.
La flor puede ser azul oscura o amarilla.
La Genciana se utiliza como planta medicinal desde hace siglos.
Ya Galeno la recomendaba para tratar la gota y el reuma.
Hildegard von Bingen recomendaba su ingesta para la “fiebre de estómago” y los “dolores cardíacos”
En la Edad Media, la Genciana era considerada un antídoto contra los “humores” venenosos como la pus o la bilis negra.
También se la utilizaba contra la fiebre, intoxicaciones y molestias gástricas y se la reconocía por sus propiedades antisépticas.
En el Himalaya la Genciana es venerada como encarnación del dios Shiva.
Se utiliza en homeopatía y en la medicina ayurvédica.
La esencia de Genciana está indicada para personas que se desaniman fácilmente, que dudan de su capacidad después de un fracaso, que tienen recaídas de enfermedades, que no pueden recuperarse frente a los impedimentos, que no pueden encontrar soluciones a los problemas.
Genciana confiere valor, fe y fortaleza, ayuda a recuperar la confianza y a desarrollar la perseverancia frente a las dificultades.