domingo, 24 de julio de 2011

TERAPIA FAMILIAR IV

Los que parten de  una base psicoanálitica: Nathan Ackerman, IvanBöszörményi-Nagy, Nicolás Abraham y María Toorok.

Ackerman realiza entrevistas duales para que la familia tome conciencia de las ideas falsas y de las “cuentas pendientes” del pasado.

Es interesante recordar que trabajó con J.L.Moreno en psicodrama.  Fue uno de los primeros en analizar familias durante la década de los cincuenta, transfiriendo técnicas psicodinámicas a individuos en el marco familiar.

Ivan Böszörményi-Nagy considera que se deben tener en cuenta la justicia y la equidad en el seno de la familia. Propone la restitución de una ética de las relaciones transgeneracionales.

Uno de los conceptos que desarrolla   Nagy es el de lealtad al que le da una gran importancia en la comprensión de las relaciones familiares.

Dice que puede definirse en términos morales, filosóficos, políticos y psicológicos.

El significado tradicional de lealtad es la actitud confiable y positiva de los individuos hacia un “objeto de lealtad”, pero si nos referimos a una trama de lealtad multipersonal debemos tener en cuenta las expectativas estructuradas de un grupo por las cuales los miembros del mismo asumen un compromiso.

Para ser miembro leal de un grupo hay que interiorizar el espíritu de sus expectativas y asumir  actitudes que obedezcan  esos mandatos interiorizados.

Es una obligación ética que si no se puede cumplir genera un sentimiento de culpa que actúa regulando el sistema.

La homeostasis del sistema de obligaciones depende de un insumo regulador de culpas.
La trama de las lealtades familiares se relaciona con alineaciones, escisiones, alianzas y formación de subgrupos.

Los compromisos de lealtad son como fibras invisibles pero resistentes que mantienen unidos fragmentos complejos de” conducta” relacional, tanto en familias como en la sociedad en su conjunto.

Es importante conocer quiénes están unidos por vínculos de lealtad en un grupo y qué significa la lealtad para ellos para entender cómo funciona ese grupo.

El compromiso de lealtad tiene como fin la supervivencia del grupo.

Nagy cita el caso de dos hermanas que llevaban al extremo sus celos y rivalidades por lealtad a sus padres, ya que con sus conductas enmascaraban su fracaso matrimonial.

Es fundamental comprender cómo funcionan las lealtades en un grupo familiar para poder entender su estructura.

La palabra lealtad deriva de la voz francesa “loi” que significa ley.

Las familias tienen sus leyes no escritas, son expectativas compartidas y todos sus miembros se hallan sujetos a ellas, los niños son sancionados cuando no las cumplen y en los adultos se hallan internalizadas.

El terapeuta debe descubrir esa trama de lealtades invisibles para entender el funcionamiento familiar y descubrir el sentido del hecho de que algunos individuos se sacrifiquen para honrar cadenas multigeneracionales de obligación y endeudamiento existencial.

En todas las generaciones los compromisos de lealtad vertical-a una generación anterior o posterior- entran en conflicto con los de lealtad horizontal.

Un ejemplo clásico de lealtades no resuelto es Romeo y Julieta.

Del concepto de lealtad se desprende el de  justicia familiar.

Hay un “libro mayor” en el que se registran las obligaciones de los miembros de la familia.

La foja de un miembro de la familia ya está llena antes de que comience a actuar.

La estructura de expectativas conforma la trama de lealtades y, junto con las cuentas relativas a los actos cometidos, el libro mayor de la justicia.

Hay un balance multigeneracional de justicia e injusticia que motiva conductas relacionales e individuales.

Otro concepto central de Nagy es el de parentalización que hace referencia a cuando los hijos se convierten en padres de sus padres.

Es una distorsión de la relación.

Es una mala conceptualización de las deudas, saldamos las deudas transgeneracionalmente, lo que recibimos de nuestros padres se lo damos a nuestros hijos.

Un ejemplo bastante común es el de la hija mayor que asume el rol de la madre, no pudiendo vivir su vida.

Nicolas Abraham y María Toorok desarrollaron la noción de cripta y su fantasma a partir de investigaciones clínicas.

En el caso de pacientes que decían haber actuado “como si fuesen otros”, y cuyas familias reforzaban esos dichos, hipotetizaron que todo pasaba como si hubiera un fantasma actuando en el lugar de esas personas.

Este fantasma actúa como alguien que sale de la tumba mal cerrada de un ancestro.

Esto sucede cuando ha habido algún acontecimiento del cual no se habla, generalmente porque se siente vergüenza, puede ser una muerte difícil de aceptar, un asesinato, una enfermedad, una internación psiquiátrica, un adulterio, un abuso, una quiebra financiera, un encarcelamiento, etc.

Es un secreto inconfesable que se instala en una cripta pero se transmite del inconsciente de un padre al inconsciente de un hijo, de una generación a otra.

El terapeuta, trabajando desde una perspectiva multigeneracional debe ayudar a su paciente a identificar esa cripta y liberarse nombrando al fantasma.

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